martes, 24 de julio de 2012

¡Cuidado: ladrones de sueños!


Lo que hoy quiero contar aquí es una experiencia compartida con otros tres compañeros y amigos, estudiantes de Arte Dramático. Quiero que quede claro que no hablo en nombre de nadie, es una iniciativa personal y sobre todo una denuncia pública ya que creo que tengo el deber de informar a toda persona que algún día pueda cruzarse con el ser indeseable que a continuación describiré, aunque no revelaré nombres. Dicho esto paso a relatar los hechos que han acontecido.

En los primeros meses de este año un impresentable, por decirlo de manera suave, fue al piso de una amiga actriz a hacerle una entrevista para entrar a formar parte de su “prestigiosa” compañía teatral. Esta actriz debía cubrir un papel que había quedado vacante (no sabemos el por qué) pero al no dar el perfil decidió asignárselo a su compañera de piso que también es actriz y que sí cumplía con los requisitos. A la semana siguiente dos papeles más quedaron libres y esta vez la actriz a la que primeramente le realizó la entrevista sí daba el perfil pero además otro compañero más pasó a formar parte de la compañía cubriendo el otro papel.

Todo parecía un sueño ya que la vendió como una compañía que contaba con varias candidaturas a premios nacionales más prestigiosos y con multitud de fechas en distintas zonas de España donde la obra sería representada. Además los actores cobrarían por cada actuación una cantidad que no estaba nada mal y haciendo lo que a ellos más les gustaba, las dietas corrían por cuenta de la compañía además de ir en autobús a las ciudades más lejanas y por supuesto, todos llevaban un seguro de vida.

Fueron semanas intensas ya que la primera fecha sería en dos semanas en un pueblo con un gran teatro. Los actores hicieron una carrera maratoniana ya que dedicaban todo su tiempo a aprenderse sus papeles, a estudiar a los personajes y las relaciones entre ellos y por supuesto a largas mañanas y tardes de ensayos. Pero a falta de pocos días para estrenar seguía habiendo otros dos puestos libres y fue cuando yo pasé también a formar parte de la compañía.

Pero poco a poco las condiciones fueron cambiando hasta que pocos días antes del estreno el indeseable nos dijo que tendríamos que ir al pueblo en nuestros coches. Los compañeros, después de mucho pensarlo accedieron pues habían puesto mucha ilusión en este proyecto. Por otro lado, otro compañero que iba cubriendo el puesto de regidor debería de llevar su furgoneta para cargar con toda la escenografía, vestuario y demás enseres necesarios para la representación (en un principio iba en un camión) y tendría que salir a las 5 a.m. e igualmente no puso trabas y accedió. Cada coche recibiría una cantidad fija de dinero para el combustible y saldríamos a las 10 a.m. junto con  todo el equipo artístico.

A todo esto los ensayos estaban siendo un auténtico infierno ya que el actor principal, el mismo indeseable de la entrevista, no se sabía su papel e improvisaba en todo momento lo que hacía que los demás se encontraran perdidos. Además era el director y productor de la compañía y escritor de la obra que se iba a representar. La sala de ensayo era un pequeñísimo salón de un espacio no habilitado para dicha actividad, la escenografía era imaginaria hasta el día de la representación al igual que las luces y el sonido. Pero había algo muy importante que se debía de respetar en todo momento: poner siempre los pies en paralelo.

Y llegó el día de la representación y los problemas seguían sumándose. El dinero acordado para combustible había disminuido considerablemente, más de un 50% ya que el director decía que con una sexta parte del dinero acordado al principio iba y venía. Nada más salir de la ciudad de origen se rompió uno de los coches y estuvimos alrededor de dos horas buscando cómo solucionar el problema ya que de nuevo el indeseable se negaba a alquilar un coche y quería dejarnos a dos compañeros y a mí en un pueblo, dejados de la mano de no se sabe quién. Pero la compañía decía que o íbamos todos o no iba nadie. Finalmente me toco a mí poner mi coche (que no estaba en condiciones muy favorables) y salimos a eso de las 13:00 hacia el lugar de la representación.

Entre pitos y flautas llegamos al pueblo a las 19:00, a dos horas de la representación, muertos de hambre ya que para no perder más tiempo no paramos por el camino. Al llegar allí su “alteza real” no salió ni a recibirnos ya que tenía que concentrarse, es decir, su compañía le importaba una GRANDÍSIMA MIERDA. Nos esperaba un importante festín de barras y barras de pan más una tortilla de patatas, 6 o 7 mini filetes de pollo casi crudos, unas manzanas y un par de refrescos, todo eso para 18 personas. Terminamos rápidamente de “picar” y pronto nos pusimos a montarlo todo pues había que hacer un pase antes de la función. Y el caos reinaba en el ambiente, fallaban las luces, el sonido, el protagonista seguía sin saberse su texto, las voces no se escuchaban, pues no dejó a los actores tiempo para hacer una prueba de voz, y por si fuera poco teníamos que aguantar las malas formas del personaje este.

Y llegó el momento de actuar y el público además de ser escaso (ya que la entrada tenía un precio desorbitado) se dormía por momentos ya que todos los fallos de voz que había en los ensayos seguían igual, siendo el peor el actor/director/dramaturgo/productor que todo lo llevaba a lo más íntimo de su ser…en fin. Al terminar la función nos pusimos todos a recoger pues no teníamos alojamiento, es decir, teníamos que volver a nuestra ciudad de origen y recorrer 400 km a las tantas de la madrugada. El camino fue un auténtico infierno ya que el cansancio podía con nuestros cuerpos pero todos teníamos ganas de llegar a nuestras respectivas casas y aun habiéndonos jugado la vida por llevar tantas horas despiertos, milagrosamente llegamos sanos y salvo.

Fueron pasando los días y cuando intentábamos ponernos en contacto con el impresentable solo recibíamos malas contestaciones (eso si respondía), así que empezamos a sospechar de que estaría buscando un nuevo equipo porque además quedaba una semana para tener otra actuación y no se había puesto en contacto con nadie. Pocos días antes de dicha actuación echó a todos los actores de la compañía por motivos un tanto extraños que poco a poco iríamos descubriendo. Y es que este individuo no pensaba pagar el trabajo que se había realizado pues a día de hoy sigue poniendo escusas y evadiéndose de sus responsabilidades.

¿Por qué escribo esto? Porque estoy harta de ladrones y en este país sobran unos cuantos. Así que si os topáis con un tipo al que todos apodan “el loco” tened mucho cuidado ya que puede llagar a ser peligroso, además de embustero y mal educado. Su compañía la ha creado para su “lucimiento” ya que vende a sus compañeros e intenta eclipsarlos en escena. Carece de técnica, por consiguiente su profesionalidad es nula. Es narcisista por naturaleza y ciego de ojos y oídos pero sobre todo de mente.

El teatro es una profesión dura ya que nadie te va a regalar nada, hay que trabajar mucho y muy duro para llegar a algo medianamente pasable y con suerte algún día podrás hacerte un hueco en alguna importante compañía española. Pero no por ello tenemos que dejar que nos quiten nuestros derechos y mucho menos nuestras ilusiones. Personas como la que aquí he descrito no merecen llamarse nunca en la vida artistas pues el artista lo es por fuera pero también por dentro.

Espero que tengáis la suerte de no cruzaros jamás con él y si no fuese así no os preocupéis, su máscara cae rápido.